La densificación del hormigón es un proceso químico que consiste en rellenar la capilaridad y cerrar la porosidad superficial del hormigón, mejorando sus características de resistencia a la abrasión, impermeabilidad y bloqueo de polvo. Además, le proporciona un acabado estético con un aspecto similar al mármol, dotando al suelo de un brillo natural que se puede potenciar aplicando un pulido ligero con herramientas resinoides o fenólicas.
El densificador es un líquido químicamente reactivo que penetra y solidifica los componentes de la superficie de hormigón transformándolos en una masa sólida. Produce una superficie de hormigón más densa, dura y resistente a la penetración y abrasión de manera permanente. Es inorgánico, atóxico, incoloro e inodoro y no contiene compuestos volátiles orgánicos (VOC).
En DUROTEC trabajamos con productos líderes del mercado aplicando los densificadores ASHFORD FORMULA en hormigones nuevos y RETROPLATE en pavimentos existentes y deteriorados. Ambos son reactivos que penetran en los materiales de base cementosa protegiéndolos, conservándolos y reforzándolos permanentemente.
Obtendremos un aspecto de brillo y limpieza, en lugar de erosionarse o desgastarse, con un sencillo protocolo adecuado y aplicado regularmente en el pavimento. Se puede potenciar el brillo con un pulido ligero con herramientas resinoides o fenólicas.
Es una aplicación permanente de una sola vez. Esto elimina la necesidad de volver a aplicar materiales costosos, así como también los costes de mano de obra y el tiempo de inactividad de la planta. Para el mantenimiento a largo plazo, solo se necesita la limpieza de rutina de la superficie. Facilita la eliminación de marcas de neumáticos, la limpieza y la eliminación de marcas de derrames.
Densifica las superficies de hormigón y las transforma en una masa sólida porque penetra y rellena químicamente los poros desde el interior.
Según ensayos, es menos resbaladizo en seco y en húmedo. El coeficiente de fricción sobre muestras con pulidos fratasados con palas de acero sobre una losa de referencia en comparación con Ashford Formula da como resultado una superficie menos resbaladiza (Húmedo: 0,69 en comparación con 0,47//Seco: 0,86 en comparación con 0,71) y al impacto: un aumento hasta un 13,3 % en superficies tratadas con Ashford Formula sobre muestras no tratadas, y hasta un 21% en superficies tratadas con Retroplate.
La aplicación de nuestro densificador bloquea químicamente el hidróxido de calcio y se convierte en parte integral del hormigón, lo que hace que la superficie sea completamente hermética al polvo. Esto reduce los costos de mantenimiento y protege el inventario y los equipos contra el polvo del hormigón.
Endurece químicamente la superficie de hormigón, lo que aumenta la resistencia a la abrasión hasta un 32% con Ashford Formula en hormigones nuevos y hasta un 400% con Retroplate en hormigones existentes. Disminuye el desgaste que provoca el tráfico intenso de maquinaria.
Presentan un buen agarre de la pintura si es necesario la marcación de alguna zona determinada, aumentando hasta un 22% la adhesión sobre superficies no tratadas.
Uno de los temas que se plantean los clientes a la hora de elegir un densificador es el precio del tratamiento.
En este aspecto, no hay un precio cerrado, ya que depende de muchos factores.
El principal factor será el estado del hormigón: nuevo, existente o deteriorado.
Otro será la dimensión de las instalaciones, pues variará si es de gran extensión, si hay muchos pilares o zonas de aplicación manual.
Y finalmente, el nivel de acabado del hormigón que desea el cliente según necesidades y uso.
Lo cierto es que, aunque el precio del acabado en euros por m2 es superior al de un hormigón fratasado o un hormigón convencional, sin tratar, a largo plazo supone un ahorro en las instalaciones, por múltiples motivos, como en limpieza y mantenimiento, energético, reparaciones, costes de reaplicaciones, y paradas de la actividad del negocio.
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