El hormigón pulido es una de las opciones más rentables no solo para las empresas en la renovación de sus instalaciones, sino también en la construcción de las nuevas.
Básicamente porque te permite tener un suelo más duradero, ideal para ofrecer una buena imagen de tu negocio mientras ahorras dinero.
El hormigón de forma resumida es un material compuesto de cemento, árido y agua.
Cuando se habla de hormigón pulido, se suele pensar en una solera fratasada de hormigón con una capa de rodadura de cuarzo, y acabados pulidos o semipulidos.
DUROTEC va unos pasos por delante mejorando el tradicional HORMIGÓN PULIDO.
Para nosotros, el oficio del hormigón pulido es el resultado de la combinación de dos trabajos químico (densificación) y mecánico (pulido), en un pavimento de hormigón fratasado, sea en estado nuevo, existente o deteriorado, alargando la vida útil del suelo y mejorando sus propiedades después de ser tratado.
Esta fase deja la superficie más pulida y añade más beneficios a la fase química de densificación.
Consiste en una secuencia de pasos de herramientas diamantadas para cerrar de forma mecánica la porosidad superficial del hormigón, y que variará según sea el estado del suelo: nuevo, existente o deteriorado.
El hormigón pulido es una apuesta de calidad y durabilidad para el sector industrial, almacenes, plataformas y centros logísticos, fábricas o centros de procesamiento de datos (CPD). Esto se debe a que, sobre esas superficies de gran extensión y tránsito, las ventajas que aporta un suelo pulido son muy importantes.
Hay tantas opciones y razones, pero la decisión es simple. Un pavimento de hormigón tratado y densificado supera a la competencia en términos de resultados y ahorro de costes a largo plazo, lo que la convierte en la mejor inversión económica.
Densificar y tratar su pavimento de manera apropiada implica hacer el trabajo bien una sola vez desde su nacimiento y obtener resultados de por vida.
Uno de los temas que se plantean los clientes a la hora de elegir el acabado para el suelo es el precio del hormigón pulido.
En este aspecto, no hay un precio cerrado, ya que depende de muchos factores.
El principal factor será el estado del hormigón: nuevo, existente o deteriorado.
Otro será la dimensión de las instalaciones, pues variará si es de gran extensión.
Y finalmente, el nivel de acabado del hormigón que desea el cliente según necesidades y uso.
Lo cierto es que, aunque el precio del acabado en euros por m2 es superior al de un hormigón fratasado o un hormigón convencional, sin tratar, a largo plazo supone un ahorro en las instalaciones, por múltiples motivos, como en limpieza y mantenimiento, energético, reparaciones, costes de reaplicaciones, y paradas de la actividad del negocio.
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